Pues éste taller estaba (e imagino que estará todavía) en la calle Isabel la Católica cuatromil y pico. Era impresionante la cantidad de tubotes y tubarros que se botaban aquéllos negros llanta.
Le tupían macizo a la chamba y al aguardiente de caña. Con un poco de buenas maneras, paciencia y pillándolos en el momento preciso, podías conseguir unos tubos de escape que para sí quisiera el pendejo de Jesse James. Pura low-tech. Viva la Raza!!.
Nacido en Castilla, he viajado y residido por diversas partes de España y México. Viajes por placer y por el gusto de ampliar horizontes, conocer y reconocerme en otras culturas. Por el gusto de registrar lo que veo y vivo en forma de fotos fundamentalmente. Congelar las almas, de alguna manera estamos matando al retratado, convirtiéndolo en parte del pasado.
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