Aquí tenemos a una chavala con las manos renegridas. Una latinoamericana, no importa de dónde. Una trabajadora en las cocinas de no importa qué cocina de qué restaurante de qué país. Sus manos están manchadas, lejiádas, abrasadas. Un viaje entre dos continentes, entre dos grandes urbes buscando algo que no encontró. Un sueño que se convirtió en lo mismo que dejó atrás. Trabajo mal pagado, no cualificado, el viaje a ninguna parte,...
miércoles, 18 de marzo de 2009
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